Transition Towns, GB
Judith Hitchman, octubre 2009
Transition Towns propone un enfoque a la vez prospectivo y concreto puesto que anuncia que nuestra vidas van a ser perturbadas. Es hora entonces de organizar la transición hacia comunidades capaces de vivir las unas con las otras de manera sostenible respetando los recursos de nuestro planeta.
Para mas informacion:
Una red internacional de iniciativas locales para enfrentar el desafío de la crisis de petróleo y del cambio climático
La ciudad de Totnes, en el Reino Unido ha sido a menudo conocida como la cuna del movimiento de las Ciudades en Transición. Sin embargo es en Kinsale, pequeña ciudad en el Oeste Cork en Irlanda donde todo comenzó. Rob Hopkins, el fundador, era entonces profesor en el Instituto de Educación Superior. Había iniciado en el Instituto la primera formación de permacultura a nivel mundial. El movimiento considera que nuestro planeta debe hacer frente a una amenaza doble: la crisis del petróleo y el cambio climático. Por lo tanto, cada persona y cada comunidad debe desarrollar un plan de acción para reducir su gasto de energía, incrementar la resiliencia, la capacidad de vivir los unos con los otros y debe aprender a ser consumidores responsables. Estas capacidades deben ser desarrolladas por los mismos ciudadanos. El movimiento se expandió muy rápidamente Hoy en día, no solo existen las Ciudades en Transición. Hay Islas, Pueblos, conglomerados, Valles, Bosques que reivindican este nombre. El enfoque es popular en el mundo anglófono, y más particularmente en el Reino Unido, Irlanda, los Estados Unidos, Australia, Nueva Zelandia y Canadá. En América del Sur y en Europa existen algunas iniciativas.
De que se trata? Como funciona
Los objetivos son los siguientes:
Construir la resiliencia y preparar la comunidad para que sea capaz de enfrentar la transición en lo que respecta la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia un futuro seguro y sostenible.
Garantizar el abastecimiento de productos frescos y locales.
Basarse sobre los conocimientos tradicionales y sobre el saber-hacer de nuestros antepasados;
Desarrollar soluciones colectivas para reducir la emisión de los gases de invernadero.
Proteger el medio ambiente, los ecosistemas y la biodiversidad.
Uno de los objetivos centrales del movimiento es de recalcar la dimensión “local y a pequeña escala”, así como favorecer la propia producción de alimento de manera individual o en terrenos colectivos. No hay un modelo tipo. Sin embargo existe una guía que orienta los participantes a través de 12 etapas. Cada comunidad debe poder generar sus propias soluciones. Esto quiere decir que cada comunidad tiene su propia y única manera de actuar. Algunas iniciativas llegaron a crear su propia moneda local: Kenmare en Irlanda, Totnes y Lewis en el Reino Unido.
Sally Sweeney, responsable de una iniciativa, llevada a cabo desde hace menos de un año en Tramore (Irlanda) hace el comentario siguiente: “es importante aprender a no ser alarmista. De esta manera podemos producir cambios, comunicar sobre la gravedad de la situación y favorecer así la voluntad de actuar de la gente” En el caso de Tramore, los grupos “energía” y “alimento” se desarrollaron muy rápidamente apoyándose sobre visitas a otros grupos en otras ciudades. De esta manera las personas están en posición de actores, se crea la dinámica y se ayuda y mantiene el interés el entusiasmo.
La etapa de interface con las autoridades locales es central Una vez que la comunidad local se hace cargo del proyecto y que un grupo de personas se hace responsable del mismo, la comunidad obtiene su legitimidad. Esto contribuye con la construcción de un movimiento en donde las autoridades pueden introducir medidas de apoyo. Las consecuencias son la capacitación de los ciudadanos, un enfoque más responsable del consumo y el desarrollo local sostenible.
Fuentes :
Boletin Internacional de desarrollo local sustentable n*62