Las iniciativas locales: de lo individual a lo colectivo

Para no caer en la aceptación de la extensión sin límites del capitalismo como condición indispensable del mantenimiento de las políticas redistributivas, es necesario encontrar una capacidad de expresión sobre las formas de producción y no solamente afirmar la necesidad de una redistribución pública. Por esto resulta fundamental afirmar un derecho a la iniciativa, dicho de otro modo, reivindicar que la iniciativa económica no es el patrimonio de una elite sino que constituye un derecho de todo

ciudadano interesado en crear su propio empleo y su propio ingreso. Se trata de que una economía fundada en el trabajo y el cuidado de la calidad de vida adquiera derecho de ciudadanía y no se sacrifique al fundamento de que toda acción económica se reduce a la maximización de la rentabilidad del capital.

Esta nueva cuestión política puede ser abordada en tres instancias. En primer lugar cabe mencionar que numerosas experiencias han sido puestas en práctica en Europa, inspirándose en las del Sur, rechazando la desigualdad que enfrentaba la iniciativa.

Sin embargo, frecuentemente tales organismos de microfinanzas, han ocultado la dimensión colectiva en el enfoque de la creación de actividades, interpretada según un marco de análisis proveniente del liberalismo. Esta tendencia lleva a mitificar la empresa individual y a desacreditar la articulación entre las protecciones sociales y el propio trabajo del asalariado. Sin embargo, como muestran los estudios realizados en

Europa, existe un movimiento de iniciativas colectivas que es posible caracterizar.

in Laville, Jean-Louis (ed.), Economía social y solidaria. Una visión europea (Fundación OSDE - Universidad Nacional de General Sarmiento - Editorial Altamira, Buenos Aires, 2004)

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